El otro día encontré el siguiente artículo, extraído de Supercurioso:
1- Respiración equitativa. Inhala por la nariz y
cuenta hasta cuatro, y al exhalar haz lo mismo. Al hacerlo únicamente
por la nariz se está añadiendo a la respiración un poco de resistencia.
Funciona en cualquier momento y lugar, pero antes de dormir es bastante
eficaz.
2- Respiración abdominal. Pon una mano en
tu pecho y otra en el abdomen, respira profundamente por la nariz hasta
que se infle el diafragma, no el pecho. Entre seis y diez de estas
respiraciones por minuto durante 10 minutos a diario. Este simple
ejercicio podría mejorar la frecuencia cardíaca y la presión, según la
experta en respiración Alison McConnell.
Es un ejercicio ideal antes de un examen o una presentación que te cause estrés.
3- Respiración alterna de la nariz.
Tapa la fosa izquierda de tu nariz e inhala profundo por la derecha;
para exhalar, tapa la derecha y expulsa el aire por la izquierda. Repite
las veces que consideres conveniente. Inténtalo cuando necesites estar
más centrado en tus actividades.
4- Respiración para despertar el cerebro.
Inhala por la nariz larga y lenta, y exhala de forma rápida. Debes
sentir una especie de contracción en el vientre para saber que lo haces
bien. Repítelo 10 veces empleando en cada inhalación-exhalación
aproximadamente unos dos segundos. El momento ideal es por la mañana,
justo al despertar, pues según la instructora de yoga Rebecca Pacheco
este ejercicio calienta el cuerpo y despierta el cerebro.
Por último y para aquellas ocasiones en las que tan solo disponemos de dos minutos, te proponemos esta última técnica: intenta contar de manera regresiva –mientras inhalas– desde el número 10 hasta el cero. Al terminar deberías sentirte más relajado, sino es así, vuelve al inicio.
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