En el siglo XII en Inglaterra se introdujo la figura del “forense” o persona que certificaba la causa de la muerte cuando esta no ocurría por causas naturales. Estos hombres dejaron registros de todo aquello que vieron durante el desempeño de su labor, y de esos informes se deduce que durante la Edad Media muchas personas morían por hechos que hoy nos parecen alucinantes y que sin embargo era algo cotidiano.
Los animales
Los animales domésticos eran una fuente de alimentación y riqueza para la gente de aquella época. Cerdos y vacas causaban muchas de las muertes que quedaron registradas por los forenses. Entre las más terribles la de un joven que fue mordido en un codo por un cerdo y falleció casi de inmediato o una niña de meses que estaba en su cuna en una tienda en Londres, entró una cerda y le mordió en la cabeza matándola.
También se cuenta en los rollos el caso de un hombre que fue corneado por un ternero, cayó al río y se ahogó.
Ahogamiento
Hoy en día prácticamente todo el mundo sabe nadar y en los colegios suele haber clases de natación para que no ocurran las desgracias que acaecían en otros tiempos. El ahogamiento, ya sea en pozos, ríos, lagos, lagunas…se lleva el primer puesto en el ranking de muertes accidentales ocurridas en Inglaterra en la Edad Media.
En los rollos forenses se cuenta, por ejemplo, el caso de Johanna, hija de John Appulton, que vivía en Coventry en 1389. Johanna estaba sacando agua del pozo cuando cayó en su interior, alertado por los gritos demandando auxilio, un criado intentó socorrerla y también se precipitó al fondo, una tercera persona también intentó ayudarlos sin éxito. Los tres murieron ahogados.
Caídas
Aunque todos conocemos casos de muertes accidentales por caídas, no es una causa de fallecimiento muy común actualmente. En la Edad Media si lo era. Contaban con pocos medios materiales para realizar muchas tareas habituales y si caían de gran altura, los médicos no podían hacer nada para curar a estas personas.
Uno de los casos más curiosos que se puede encontrar en los rollos forenses es el de un tal John Toly que estaba por la noche durmiendo y sintió la necesidad de evacuar el vientre. Se quitó la ropa y sacó el trasero por la ventana, que estaba aproximadamente a 9 metros de altura, para proceder a realizar sus necesidades y que cayeran directamente a la calle. Toly se desequilibró y accidentalmente cayó de cabeza golpeándose contra el pavimento, se rompió varios miembros y entre ellos el cuello, por lo que murió poco después de la caída.
Además de estos tres motivos de muertes medievales bastante frecuentes, por los que hoy en día mueren muy pocas personas, en los rollos forenses hay muchos casos de muerte violenta, tanto dentro como fuera del hogar, atribuida a la posesión o a un rapto de locura.
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