3 hallazgos arqueológicos hechos por profanos


1. La Piedra Rosetta

La Piedra Rosetta es una estela egipcia de granodiorita cuyo hallazgo permitió la traducción de los jeroglíficos egipcios. El hallazgo de la famosa piedra se produjo fortuitamente tras la invasión de Egipto por las tropas napoleónicas. Napoleón no viajó a Egipto únicamente con su ejército, sino que le acompañaron 167 artistas y hombres de ciencia que debían estudiar la milenaria cultura del país. Sin embargo, no fue ninguno de ellos el que hizo el sensacional descubrimiento, fue un simple soldado en 1799.




El soldado estaba ocupado en la construcción de un fuerte cuando topó con una losa que le pareció perfecta para el muro que debía levantar. El teniente al cargo de esa obra vio la losa y sus inscripciones en 3 grafías diferentes. Pensando que podía tratarse de algo interesante la mandó al L’Institut d’Egypte creado por Napoleón en 1798. Como posteriormente los británicos vencieron a los franceses, la Piedra Rosetta acabó en el Museo Británico en Londres.


2. El Buda de Oro en Bangkok

Una de las atracciones que llaman más la atención si visitáis Bangkok es la estatua llamada “El Buda de Oro”. Su hallazgo se debió a la torpeza de un obrero. En 1930, debido a unos trabajos de acondicionamiento, un buda de estuco dorado fue retirado de un templo en el barrio chino de Bangkok. Como era impensable destruirlo, quedó en un cobertizo cercano, prácticamente a la intemperie, durante 20 años. Finalmente en 1955 se construyó un nuevo edificio y los monjes decidieron instalarlo allí. Contrataron una grúa, pero al parecer uno de los obreros no sujetó bien las cuerdas y al izarlo el Buda cayó al suelo desde cierta altura. Los que lo vieron huyeron despavoridos temiendo que ese acto les trajera mala suerte.




Esa noche se desencadenó una gran tormenta y al día siguiente, uno de los monjes se armó de valor y se acercó a la estatua a ver los desperfectos. El estuco resquebrajado por el golpe y húmedo por la lluvia había saltado y dejaba ver algo brillante debajo. El yeso escondía una estatua de Buda de oro que medía tres metros y pesaba 5’5 toneladas. Al parecer hacía 200 años, por temor ante una invasión birmana, se había cubierto con estuco dorado y llevada a Bangkok, donde el secreto se perdió en el olvido y así permaneció durante dos siglos.


3. Ötzi, el hombre de hielo

La mayoría recordareis el descubrimiento de Ötzi, el hombre de hielo, que fue hallado en septiembre de 1991 por una pareja de alpinistas alemanes. El matrimonio halló el cuerpo y pensó que se trataba de un fallecido por accidente o un crimen, por lo que lo fotografiaron y bajaron a dar parte a la policía.



Las autoridades austríacas tardaron casi 4 días en rescatar el cuerpo y cuando fue llevado a Innsbruck para su análisis forense, se descubrió que el cuerpo tenía más de 5.000 años. Su hallazgo ha contribuido muchísimo a aumentar el conocimiento sobre la vida en la Edad del Cobre en esa zona de Europa, siendo además la momia europea más antigua que existe conservada de manera natural. Actualmente el cuerpo pertenece a Italia, ya que unas mediciones determinaron que se encontró en ese país.


Fuente: https://supercurioso.com/hallazgos-arqueologicos-hechos-profanos/

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