¿Existieron realmente las Amazonas?


Amazonas
El origen de la palabra Amazonas proviene de la tradición griega, donde la leyenda cuenta de una tribu gobernada por mujeres que se caracterizaban por su talento con las armas y su completo desprecio por los hombres. La leyenda, en una sociedad que, no nos digamos mentiras, era bastante machista (quienes no me crean solo lean a Aristóteles), tuvo un impacto y una fama considerables y sirvió para recordarles a los griegos que las mujeres podían ser temibles enemigas si estaban bien entrenadas. De acuerdo con las leyendas, estas mujeres se cortaban el pecho derecho para que no les estorbara a la hora de lanzar sus armas o usar el arco (de allí su nombre: a-mazos, sin pechos), mataban a todos los hombres que se internaran en su territorio, y para evitar la extinción de su raza visitaban una vez al año a los gargarios (una tribu vecina) y tenían relaciones con ellos. Los niños eran sacrificados, devueltos o convertidos en esclavos; las niñas eran entrenadas como guerreras.
La leyenda de las Amazonas ha tenido muchísima duración e importancia a lo largo de la historia de Occidente: de hecho el Amazonas se llama así por la bravura que las mujeres de los indígenas de la región mostraron al enfrentar a los conquistadores. Pero ¿qué tan ciertas son las leyendas originales?




La tierra de las amazonas
Es difícil saberlo, pues los griegos ni siquiera se pusieron de acuerdo en el territorio que estas misteriosas (y poderosas) mujeres ocupaban. Mientras que Herodoto menciona Sarmacia (región fronteriza con Escitia), autores posteriores hablan del Mar de Azog, los Montes de Tauro o incluso en el Cáucaso. En general, se habla de ataques sorpresivos de las amazonas que son contrarrestados por los griegos o bien de breves incursiones de éstos a territorio de las mujeres guerreras. Sin embargo, no hay relatos históricos de estas aventuras y bajo ninguna circunstancia los griegos invadieron su territorio, aunque en todas las leyendas que las involucran ellas fueron en última instancia derrotadas.
En cualquier caso, si la leyenda tuviese algún tipo de origen verdadero este involucraría seguramente sociedades del “oriente” (para los griegos), es decir, de Anatolia, la zona del Mar Negro o el Mar Caspio o del Cáucaso.
Y evidencia reciente indica que la leyenda podría tener orígenes más reales de lo que se creía.

¿Existieron las Amazonas?
Si bien no se sabe si las leyendas griegas acertaron en los detalles de la sociedad amazona, si se tienen registros de tribus en los que los linajes matrilineales tenían una gran importancia. De acuerdo con las evidencias arqueológicas y de las fuentes persas (mucho más cercanas a la zona) se trataba de las Oiorpata, un grupo de mujeres emparentadas con los escitas (entonces nómadas de las praderas, poderosos y temidos por persas y griegos por igual) que habrían dominado los artes de la equitación y aprendido a manejar las armas. Debido a la naturaleza del combate a caballo (que depende más de la organización del grupo, de armas arrojadizas y de ataques sorpresivos que de la fuerza bruta) tenían poco que envidiarle a los hombres y fueron reconocidas y temidas.
Parece ser que las Oioparta no eran más que una rama particularmente matriarcal de los escitas, pues en muchas tumbas hasta un 20% de los guerreros enterrados eran mujeres. En las regiones de Armenia, y sobre todo en torno a la ciudad moderna de Samsun en Turquía (que entonces se llamaba Themyskyra) el número e importancia de las mujeres guerreras parece haber sido mucho más importante.
De acuerdo con las fuentes persas, las Oioparta tenían una estructura completamente matrilineal: las mujeres podían “casarse” temporalmente con cualquier hombre que desearan, el cual se encargaría de los hijos por algún tiempo y dejaría en la mayor parte de los casos la casa de su “esposa” cuando ella lo solicitara. Aunque esta era la tradición, algunas mujeres deseaban tener a sus esposos cerca, por lo que aceptaban que se quedara con ellas.
Debido a su talante imponente y su tesón, estas mujeres fueron reconocidas y temidas por los griegos, que las inmortalizaron en forma de amazonas. Sin embargo, por su desdén hacia las mujeres los mismos griegos crearon innumerables leyendas que las convertían en poco más que monstruos (su asesinato de los niños varones, su lesbianismo, que entonces era un asunto muy negativo, su masacre de todos los varones que pisaran su tierra, su automutilación para poder combatir mejor). Y sería así que llegarían a nuestro tiempo.


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