Alice Liddel, la verdadera Alicia de Lewis Carroll.


Lewis Carroll o Charles Lutwige Dogdson, reverendo desde 1861, fue profesor de matemáticas en Oxford. Más conocido por su labor de escritor, hizo fotografías como aficionado entre 1856 y 1880. Sus modelos favoritas eran niñas de corta edad, hijas de sus compañeros de la universidad o de amigos y también algunas que conocía por la calle; en su estudio, y siempre con permiso paterno, las fotografiaba mientras las distraía con cuentos, acertijos y juegos. Tenía un baúl de trajes con los que muchas veces las disfrazaba para representar personajes de cuento o de leyenda  o situaciones como la mendicidad.

Como mendiga posa Alice Liddel en la que es quizás la imagen más conocida de su musa y para quien escribió Las aventuras de Alicia bajo el suelo, más tarde publicado como Alicia en el país de las maravillas.




Durante casi 25 años Carroll hizo muchas fotografías, siempre retratos y casi siempre de niñas. También retrató a algunos amigos con sus hijos, pero no fueron muchos porque decía que los niños le desagradaban. Al principio, hacía los retratos en exteriores, y, desde 1872, en el estudio que montó sobre su apartamento. Conservaba siempre las fotografías con el nombre de las niñas escrito por ellas.

Imaginativo y con una inmensa capacidad de juego, como demuestra en sus libros, Carroll era de una timidez enfermiza y daba rienda suelta a su imaginación en estos juegos que acababan en retratos donde las modelos adoptan muchas veces actitudes impropias de su edad.




Aunque algunas familias conservaron las fotografías, Carroll difundió pocos retratos, y el resto – muchos de ellos guardados bajo el rótulo “para quemar sin abrir” –  fueron descubiertos en 1947 por Helmut Gernsheim, que lo consideraba el mejor fotógrafo de niños del siglo XIX (de niñas, en realidad). El hecho es que Carroll, un personaje controvertido hoy por su actitud ante las pequeñas (aunque todo esto se viera de forma diferente en el siglo XIX), tuvo que abandonar la fotografía por los problemas que le ocasionaron con las familias de sus modelos algunas fotografías de desnudos que hizo; prueba de ello es que él mismo destruyó la mayoría de ellos junto con buena parte de sus diarios.

Sobre sus tendencias sexuales y su relación con Alice Liddel o su hermana mayor, Lorina, todo lo que podamos decir no son más que especulaciones ya que no existe prueba o declaración alguna por parte de ninguno de los implicados que indique algo al respecto. Algunos apuntan a que en las desaparecidas páginas del diario de Carroll, éste declaraba o hablaba sobre su atracción sexual por las niñas, pero de nuevo, todo son especulaciones que ha día de hoy no se pueden probar.




Fuere como fuere, la cuestión es que las hermanas Liddel paseaban con Carroll una tarde de verano de 1862 cuando le pidieron que les contara un cuento y Carroll les relató la aventura de la pequeña Alicia, que caía en la madriguera de un conejo para entrar en el mundo de fantasía que todos conocemos.

A Alicia le gustó tanto el cuento que le pidió a Carroll que lo escribiera, y así lo hizo, entregándoselo a Alice dos años después, como regalo de navidad,  manuscrito y con ilustraciones realizadas por el mismo.

Otros escritores a los que Carroll les había mostrado el manuscrito le animaron a publicarlo y así ocurrió, a través del editor londinense Alexander MacMillan. Alice´s Adventures Under Ground se convirtió en Alice´s Aventures in Wonderland, firmado ya con el seudónimo de Lewis Carroll y con ilustraciones de John Tenniel.

Más adelante, gracias al éxito de la obra, Carroll publicó una segunda parte; A través del espejo y lo que Alicia encontró allí (Through the Looking-Glass and What Alice Found There, 1871). En 1886 apareció una edición facsímil del manuscrito que el autor había regalado a Alice, con su título e ilustraciones originales.

La buena relación de Carroll con la familia Liddel cesó de forma tajante a mediados de los sesenta, también se desconocen las causas, pese a que Carroll y Alice mantuvieron correspondencia durante muchos años, sus encuentros fueron muy esporádicos y fríos.






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